Ya hemos elegido el cuento, pero ahora hay que ponerse a trabajar.
Primero hay que decidir la técnica que vamos a utilizar para contarlo.
Y se nos ha ocurrió ¡¡teatralizarlo!!, nosotras que no hemos hecho teatro en la vida, bueno quizás alguna hiciera sus pinitos en la época escolar...
Pero habrá que dejar el sentido del ridículo en casa y seguro que con muchíiiiiisima ilusión, ensayos cuando otros quehaceres nos lo permitan, y sobretodo con sentido del humor, este cuento va a salir estupendo.
Lo segundo es construirnos el decorado y algunos personajes del cuento
Con unos cartones, envases de natillas, hueveras, pintura e imaginación, nos construimos a Valero.
Pero habrá que dejar el sentido del ridículo en casa y seguro que con muchíiiiiisima ilusión, ensayos cuando otros quehaceres nos lo permitan, y sobretodo con sentido del humor, este cuento va a salir estupendo.
Lo segundo es construirnos el decorado y algunos personajes del cuento
Con unos cartones, envases de natillas, hueveras, pintura e imaginación, nos construimos a Valero.


Con cartones y una mopa, hicimos al caballo del caballero Jorge


Y ya solo nos quedaba sacar algunos disfraces del baúl de los recuerdos para meternos de lleno en los personajes de este cuento.
Y ensayar, memorizar textos, ensayar delante del espejo, repetir los textos mientras preparamos la cena o vamos conduciendo al volver del trabajo...
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